…reivindicó la venganza. La humanidad evoluciona e intenta encontrar equilibrio, pero esta canción abrió una llave de dolor, silencio, traición, resentimiento para justificar que sí es válido vengarse, cobrar, igualarse por lo bajo. Como en Fuenteovejuna, “todos a una” muchas personas, en especial mujeres, justifican la actitud de la cantante. Que lo vomite, que lo grite, que se desahogue, que las mujeres tenemos ya “permiso” de aliviarnos, escupiendo para todo lado. No importa a quien salpique. No importa. La rabia y la traición avalan la reacción. Mientras, las redes marcan tendencia con dos premisas: pobrecita la mujer que no apoye la conducta de Shakira: la solidaridad de género debe primar por encima de la mesura. Si no se apoya a Shakira o “es hombre o tiene próstata”. Y la segunda tendencia es que las mujeres que han callado tanto, a través de la historia, encontrarán paz gritándolo a los 4 vientos, que ni por ellas ni por sus hijos, deben esconder la traición de sus compañeros. Entonces, ley del péndulo, del victimismo a la venganza. Como si no se entendiera que gran parte del dolor que causa una infidelidad viene dado precisamente por las ideas que se tienen sobre el amor, por la manera de concebir una relación de pareja, por pretender que se puede seguir amando bajo los mismos parámetros de hace 50 años. ¿Usted es de los que cree (todavía) que el amor es “para toda la vida”? ¿Usted es de los que aprendió que si tiene compañero o compañera le dejaron de interesar otros hombres y otras mujeres? ¿A usted lo vacunaron contra la infidelidad? ¿Qué sacerdote con su bendición, le garantiza que estará exento de traiciones o rivalidades?
Debería organizarse una cátedra titulada “Shakira-Pique” porque lo que esta situación aporta para revisar conceptos, ideologías, creencias e ignorancia, es descomunal. Malo, malísima la conducta de Piqué, pero buena, muy justificada la reacción de Shakira: ¿entiende la doble moral? Shakira termina siendo una mujer dependiente porque es él y su conducta los impulsadores de su canción. Engarzarse en la emoción del otro es depender. Significa que el libreto de tu vida lo construye otro u otra y lo que haces es re-accionar a su actuar. Agredir porque me agredieron es la manera mas infantil de dejarse manejar por alguien diferente a ti mismo.
Y ni qué decir del capítulo hijos. Los comentarios de redes son impactantes. Los hijos de los famosos, opinan algunos, están “protegidos” de sufrir porque están acompañados de fama, poder y psicólogos. A ellos no les hace daño nada de lo de sus padres. Como si las emociones cambiaran de intensidad porque las siente un rico o un pobre. Como si los famosos estuvieran protegidos del dolor humano. Estos niños sentirán el impacto mediático que marcará sus vidas, “gracias” al absurdo manejo de sus padres que jugaron ping pong con sus emociones. No se espera que una mujer calle su dolor, que le esconda a sus hijos una situación difícil de pareja: no es con victimismo como se soluciona una crisis. Pero tampoco es con venganza. Ni victimismo ni venganza: madurez. Estamos lejos de ese punto medio. El imaginario colectivo se educa. Mientras… Shakira construye colegios para formar mentes, pero contamina emociones institucionalizando la venganza con su música. ¡Compleja actitud!
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